¡¡Mmm qué delicia!!: SEMIFRÍO DE CAFÉ

Hola, ¿os gusta el café?. A mi no mucho (Ana hija, a la madre si le gusta), aunque si es con algo de chocolate me encanta. Hoy os traemos esta tarta, un Semifrío de café que gustará tanto a adictos de café como a los que no les gusta, pues su sabor es muy muy suave. ¿te animas?

Esta receta está sacada de aquella famosa revista portugesa que compró mi madre camino de Coimbra para un campeonato de karate de mi hermano pequeño. De ella hicimos la tarta Bom-bocado que está deliciosa y el Molotof de leche condensada

INGREDIENTES para la base:

150 gr de galletas
125 gr de mantequilla
2 cucharadas de cacao en polvo
2 cucharadas de azúcar
1 pizca de canela

MODO DE HACER de la base:

Primero picamos las galletas con ayuda de una picadora, batidora o como queramos. El tamaño de las migas debe ser a tu gusto. Por ejemplo a nosotras nos gustan bien pequeñas.

Derretimos un poco la mantequilla hasta que quede como una crema y mezclamos todos los ingredientes para conseguir una pastan un tanto homogénea y que al prensarla se quede bien pegada.

A continuación, cubrimos la base de un molde desmoldable con un papel vegetal y untamos los bordes con mantequilla. Añadimos la mezcla anterior y vamos prensando todo en el fondo del molde con ayuda de una cuchara.

Si queremos podemos meter el molde con la base en el frigorífico mientras hacemos la tarta para que se solidifique la mantequilla.

INGREDIENTES para la tarta:

1 lata pequeña de leche condensada, aproximadamente 400 gr.
6 hojas de gelatina neutra
2/3 de una taza de café fuerte (ya preparado)
300 ml de nata para montar
2 cucharadas de azúcar

MODO DE HACER la tarta:

Primero ponemos a hidratar las hojas durante unos diez minutos y reservamos.

Pesamos la leche condensada y añadimos el café. Mezclamos bien y montamos la nata.

También debemos escurrir la gelatina y derretirla. Nosotras la derretimos durante unos 30 segundos en el microondas.

Añadimos el azúcar y la gelatina derretida a la mezcla de leche condensada y café, y una vez que este todo bien mezclado añadimos la nata montada. Con mucho cuidado, para que no se baje la nata, vamos mezclando todo con ayuda de un tenedor.

Finalmente vertemos en el molde que preparamos anteriormente con la base y para que al verterlo no agujereemos la base podemos poner una cuchara por el lado curvo hacia arriba y verter sobre la cuchara.